martes, 9 de octubre de 2012

Drogas y prejuicios

Una droga es cualquier sustancia que, introducida por algún tipo de vía (oral, nasal, intravenosa, intramuscular, rectal…), puede alterar de algún modo el funcionamiento del sistema nervioso central.

Bastante a menudo me encuentro con gente, generalmente metida en el activismo por unas u otras luchas sociales, que critica y demoniza las drogas sin haberse preocupado por informarse mínimamente al respecto (o haberlo hecho en webs antidrogas tremendamente sensacionalistas sin contrastar los datos expuestos). El primer error del que se parte es el hablar de “las drogas” como quien habla de “las castañas” y les adjudica unas cualidades y valores nutricionales, pues ese saco en el que se meten infinitud de sustancias distintas es enormemente amplio y heterogéneo como para que podamos hacer alegremente afirmaciones categóricas de todas ellas. El alcohol es una droga, al igual que el tabaco, ibuprofeno, lsd, cafeína o éxtasis; sin embargo nada o muy poco tienen que ver entre sí ninguna de estas sustancias. Lo mínimo que deberíamos establecer para poder hablar en términos generales de riesgos, efectos o dependencia es una distinción entre las drogas depresoras, estimulantes y psicodélicas (y dentro de cada grupo hay sustancias de muy distinto grado y cualidades); en lugar de dividirlas, como comúnmente se hace, entre drogas legales e ilegales, como si fueran un criterio válido de los peligros que implican. Pero no voy a ponerme aquí a informar sobre ellas, pues mi blog no trata de eso*. Me limitaré a intentar desmitificar y argumentar contra algunos prejuicios comunes: 

Las drogas causan dependencia: falso (en parte). Algunas drogas PUEDEN causar dependencia física y psicológica (como el alcohol y el tabaco), otras únicamente dependencia psicológica (como el cannabis) y otras no causan ningún tipo de dependencia (como el LSD). Asimismo, el riesgo de dependencia es variable en función de la droga: la nicotina, por ejemplo, tiene un alto poder adictivo, muchísimo mayor al del cannabis o incluso la cocaína. Por otra parte, no todos los síndromes de abstinencia son igual de perjudiciales y difíciles de superar: mientras que el “mono” del cannabis por un consumo muy frecuente (e incluso con un consumo diario puede no producir síndrome de abstinencia alguno) puede producir nerviosismo, cierto grado de ansiedad y alteraciones del sueño o del apetito durante unos días (máximo 2 semanas, por lo que encontré en algunos sitios, quizás exagerado) y es fácilmente superable por uno mismo, el síndrome de abstinencia al alcohol (tras varios años de consumo muy frecuente) puede producir un estado de completa desorientación mental, alucinaciones muy vivas y aterrorizantes, espasmos, vómitos, mareos y rigidez muscular durante una semana, pudiendo llegar incluso a la muerte si es dejado de golpe. 

En cualquier caso, el consumo de una droga no tiene por qué llevarnos a la adicción, siempre que éste sea esporádico. De cada uno depende informarse antes sobre los efectos y nivel de adicción de cada droga y darles un uso responsable en función a sus riesgos. 

Las drogas son perjudiciales para la salud (y pueden matar): curiosamente, la gente que suele alertar de estos peligros no suele ver ningún problema grave en el consumo esporádico de alcohol o tabaco. Sin embargo, estas dos drogas legales son culpables de 24 veces más muertes que todas las drogas ilegales juntas, de acuerdo a un informe de la ONU**. Además, son también mucho más perjudiciales físicamente que una gran cantidad de drogas ilegales tales como el cannabis, LSD y otros alucinógenos, GHB o incluso la heroína pura, aunque esto pueda escandalizar a más de uno (el problema aquí sería que la heroína sin cortar es tremendamente difícil de encontrar). El punto al que quisiera llegar es que sí es cierto que el abuso de una gran cantidad de drogas puede ser físicamente perjudicial, pero el uso no es lo mismo que el abuso. Cada droga tiene (o puede tener) sus riesgos de acuerdo a la forma en que interactúan con nuestro organismo, y de acuerdo a estos riesgos deberemos tomar ciertas precauciones a la hora de consumirlas, si queremos hacerlo. Consumir cannabis, heroína pura o café una vez por semana (por ejemplo) puede no conllevar perjuicio significativo alguno para la salud, pero esta misma periodicidad puede ser bastante peligrosa con otras sustancias, como por ejemplo el éxtasis. Por otra parte, no se ha reportado ningún caso de muerte directa por causa del LSD, GHB, MDMA o cannabis, entre otras. 

Las drogas ilegales lo son por ser peligrosas: falso, y creo que ya ha quedado claro con las comparaciones anteriormente expuestas con el tabaco y el alcohol. Drogas que aquí son ilegales no lo son en otros países (por ejemplo el cannabis en Holanda) y a la inversa. Gran cantidad de drogas ahora ilegalizadas fueron legales y consideradas muy útiles para usos terapéuticos hace unos años (MDMA, LSD, heroína, cannabis…). Los beneficios de esas drogas no han cambiado, sino simplemente los intereses políticos y económicos, o casos de abuso salidos a la luz por un uso poco responsable. 

Las drogas distorsionan la realidad: esta cuestión daría para una amplísima argumentación, así que trataré de resumirlo lo más brevemente posible: en primer lugar ¿qué es la realidad? En el estado de vigilia o alerta que llamamos sobriedad o normalidad nuestra agilidad mental y nuestras percepciones se ven de hecho muy limitadas para no poner en peligro nuestra supervivencia con una sobreexcitación de estímulos y poder atender a las funciones básicas, mientras que con ciertos estimulantes o psicodélicos podemos alcanzar una gran lucidez, creatividad y agilidad mental que nos puede ayudar a reflexionar y darnos cuenta de cosas que en ese estado “normal” bloqueamos o no llegamos a solucionar, y a la que no podríamos llegar en ese estado de “sobriedad”. Por otra parte, por ejemplo, hay personas con niveles más altos de serotonina que otros que son más alegres o se sienten con más energía que esos otros, que podrían tener esas sensaciones y percepción del mundo que esas otras personas con ciertas drogas que elevasen sus niveles de serotonina ¿Cuál es entonces la percepción no distorsionada de la realidad, la que se deriva de un nivel "x" de serotonina o de un nivel "y"? ¿Y si variasen esos niveles de serotonina cambiando nuestra dieta (pues de hecho sí influye) también estaríamos distorsionando la realidad? 

Entendamos aquí por realidad nuestra percepción particular del mundo: tampoco así estamos aclarando gran cosa, pues ¿cuál es la percepción correcta de esa realidad? Se supone que si estoy triste y cansada por cualquier evento y le veo más el lado negativo a las cosas mi percepción de la realidad es normal (en el sentido de sobria), así como si estoy emocionada y le saco el lado positivo a todo, o si estoy enfadada por algo y todo me resulta irritante, o si simplemente soy normalmente de alguna de esas tres formas mencionadas en mi día a día. ¿Por qué si estoy en cualquiera de esos estados por causa de una droga se dice que mi percepción de la realidad está distorsionada y si estoy por otras causas no? Cuando montamos en una montaña rusa y sentimos un subidón de adrenalina, cuando nos enamoramos o cuando nos relajamos en el momento inmediatamente posterior al orgasmo, por ejemplo, podemos sentir cosas y percibir la realidad de un modo muy similar o idéntico a como lo haríamos bajo los efectos de alguna droga. Variamos, de esta forma, nuestra percepción ordinaria del mundo, igual que lo haríamos con una droga. 

Las drogas anulan tu personalidad: la respuesta a esta objeción es bastante análoga a la anterior. Pongamos que Marta es una persona que por timidez e inseguridad le cuesta mucho abrirse y relacionarse con los demás, aun cuando le gustaría hacerlo. Ha sido así toda su vida y, sin embargo, un día, ayudada por un amigo, una buena noticia, etc, se siente más desinhibida y logra relacionarse y abrirse a los demás de una forma inusual en ella: nadie diría aquí que una buena noticia o un amigo ha “anulado su personalidad”. Sin embargo si Marta se comportó así ayudada por los efectos del consumo de cannabis, alcohol, MDMA o cocaína sí considerarían algunos que estaría anulando su personalidad (y no quiero decir con esto que considere sano utilizar drogas para desinhibirse como práctica habitual) ¿no habría actuado acaso de la misma forma y por tanto modificado su comportamiento habitual de la misma forma? si cualquier otra circunstancia que no sea una droga altera su personalidad habitual (enfado, ilusión, somnolencia, cansancio, nerviosismo…) no se le recrimina que “no esté siendo él/ella mismx”, sino que se ve normal que se comporte de x forma distinta de acuerdo a x circunstancia distinta, igual que si la persona cambia con el tiempo su forma de ser no se considera que no esté siendo él/ella mismx, sino que simplemente “él/ella mismx” tiene ahora una personalidad distinta, ni más ni menos real que la anterior. Con la mayoría de las drogas que generalmente se consumen se tiene siempre un espacio de autocontrol en tanto que eres consciente de que tus percepciones pueden ser diferentes a como lo son normalmente (excluyendo quizás en algunas personas la salvia divinorum, estramonio, ketamina…) y, por tanto, no dejas nunca de ser “tú mismo”, en tanto que puedes en mayor o menor medida responsabilizarte de tu comportamiento, quizás mucho más que si, por ejemplo, te sientes muy enfadado o triste por algo que te haya pasado. 

Las drogas te alienan e impiden luchar: de nuevo se cae en el error de meter todas las drogas en un mismo saco. En primer lugar, algunos estimulantes podrían facilitar precisamente esa lucha con un uso esporádico (ya quieras decir con esto el montarla en una manifa, el hacer sabotajes, el organizar actos informativos, el escribir artículos o el realizar tareas administrativas para un colectivo/organización) al proporcionarte más energía y agilidad de pensamiento. En segundo lugar, aun en el caso de tomar las drogas para usos meramente recreativos, no veo por qué una cosa habría de ser incompatible con la otra, a menos que te dediques a luchar todas las horas del día en que no estás durmiendo y nunca te tomes un descanso para relajarte y divertirte. En caso contrario, igual que te tomas un descanso para ver una peli o pasar una tarde con tus amigos te podrías tomar un descanso para fumar cannabis u otra droga (con o sin tus amigos) sin que ello afecte lo más mínimo a la lucha/trabajo que llevas a cabo el resto del tiempo. 



*Para quien quiera informarse al respecto en alguna web donde se faciliten datos más o menos veraces sobre distintas sustancias, puedo recomendar Energycontrol.

**Cabe aclarar que el consumo de alcohol y tabaco en la sociedad occidental también es mayor al de otras sustancias, aunque no conozco la proporción. En cualquier caso, la estadística me parece interesante para desdemonizar el saco de "las drogas ilegales", sobre muchas de las cuales no se ha reportado ningún caso de muerte directa.